Ayatolá Kursi

Ayatolá Kursi

"Ayatul-Kursi" es el nombre que recibe el versículo 255 de Surat al-Baqara en el Sagrado Corán. Se llama así porque usa la expresión “trono de Dios”.

No es realmente una silla para sentarse aquí; porque Dios no es un cuerpo y no necesita un medio para sentarse. El término "trono" en el versículo se usa como símbolo del poder, dominio y conocimiento de Dios. En general, la aleya al-kursi es uno de los versos más obvios que demuestra la grandeza de Allahu ta'âlâ y revela algunos de Sus atributos.
Los versos 256 y 257 de Surat al-Baqara a veces se agregan aquí, y los tres versos se llaman ayat al-kursi juntos.

En la tradición islámica, el ayat al-kursi se usa para superar muchas dificultades. Es una herramienta universal para resolver diversos problemas espirituales, psicológicos y materiales. Recitan los versos con el propósito de sanar enfermedades, sobrevivir a los males de las personas y los demonios, librarse de la pobreza y aumentar el sustento, resolver tareas difíciles, vencer el miedo, perdonar los pecados, etc.

El Profeta Muhammad (pbuh) llamó al verso "el verso más grande del Corán". Dijo que el diablo no podía entrar en la casa donde se recitaba el verso durante 30 días, y que esa casa estaría libre de magia durante 40 días. El Profeta Ali ibn Abu Talib (P) dijo: “El maestro del Corán es Surat al-Baqara, y el maestro de Surat al-Baqara es Ayat al-Kursi. ¡Oh Alí! Hay 50 palabras en este verso, y hay 50 bendiciones en cada palabra.” (Surat al-Baqara, 255)

Se recomienda en los hadices recitar el ayat al-kursi después de las oraciones. Según la narración, el Profeta solía recitar los versos antes de acostarse. Se recomienda que la persona que se prepara para emprender un viaje también recite la aleya al-kursi. El Imam Muhammad Baqir (P) dijo que una persona que recita el verso una vez tendrá mil penas en este mundo y mil dificultades en el Más Allá. La más ligera de las penas de este mundo es la pobreza, y la más ligera de las penalidades del Más Allá es el tormento de la tumba. Por supuesto, para cosechar los beneficios, es necesario leer el versículo con sinceridad y sinceridad, pensar en su significado y confiar en Dios.